Por Nahuel Alberti, Head de Engineering de Paisanos
Históricamente, ante cada avance tecnológico que reemplaza actividades realizadas por humanos, le sigue una ola de incertidumbre y desconfianza. Es común pensar que de un día para otro, las máquinas harán todo nuestro trabajo y nos volveremos obsoletos para el mercado laboral.
Tal puede ser el caso de la irrupción en nuestras vidas de la Inteligencia Artificial, definida como: la capacidad de una computadora de realizar tareas propias de la inteligencia humana.
Sin embargo, tal como sucedió con otros progresos tecnológicos, el factor humano en las tareas de las máquinas sigue siendo clave. Por ejemplo, las tareas de un desarrollador van a continuar siendo necesarias dado que son ellos los que generan un código de programación, que no es ni más ni menos que darle instrucciones a la máquina para que ejecute una acción. Es decir, que sigue siendo imperiosa la intervención de las personas aunque se brinda un valor agregado: la velocidad porque permite reducir los tiempos de búsqueda y compilación de material.
En un futuro, con el avance de NLP (procesamiento de lenguaje natural, por sus siglas en inglés) es posible que se reemplacen los lenguajes de programación y que tengamos la capacidad de dar instrucciones a la máquina de forma directa. Como sea, alguien deberá escribirlas y ejecutarlas, con lo cual estamos a décadas que un avance de tal magnitud pueda ocurrir.
Por todo lo anterior, podemos afirmar que la inteligencia artificial tiene amplias posibilidades de optimizar los procesos de producción y de negocios. Tiene aplicaciones para mejorar la productividad, la seguridad e incrementar la velocidad de los flujos de trabajo.
El uso de la IA en el entorno laboral se da principalmente en los siguientes campos:
● Gestión de los recursos humanos: Aplicable en los procesos de contratación, para evaluar las entrevistas con menos sesgos o prejuicios. Permite evaluar información sobre el rendimiento, salarios y costos de la fuerza de trabajo en relación con la estrategia de negocio.
● Cobotización: cobots y chatbots: Los cobots o robots colaborativos son robots con inteligencia artificial integrada que son seguros para trabajar. Están equipados con sensores que les permiten parar o entrar en modo seguro a la hora de ser interrumpidos. Por otro lado, existen los chatbots, que son sistemas capaces de resolver consultas básicas a través de texto, generalmente aplicables a servicios de atención a clientes. Permite conversaciones artificiales con las personas para asistirlos a partir de un modelo de entrenamiento (generalmente lo encontramos en las páginas web de los gobiernos).
● Cobotización: cobots y chatbots: Los cobots o robots colaborativos son robots con inteligencia artificial integrada que son seguros para trabajar. Están equipados con sensores que les permiten parar o entrar en modo seguro a la hora de ser interrumpidos. Por otro lado, existen los chatbots, que son sistemas capaces de resolver consultas básicas a través de texto, generalmente aplicables a servicios de atención a clientes. Permite conversaciones artificiales con las personas para asistirlos a partir de un modelo de entrenamiento (generalmente lo encontramos en las páginas web de los gobiernos).
● Economía colaborativa: Se trabaja a través del Internet, usualmente en una plataforma digital, donde existe una descentralización de las tareas.
La evolución de la IA
Si bien IA (inteligencia artificial) ya es un concepto conocido desde hace más de 50 años, desde 2012 se empezó a hablar cada vez más de machine learning, el cual hoy es casi sinónimo de inteligencia artificial. Machinelearning son técnicas que permiten que un algoritmo, que tiene que hacer una tarea, pueda modificar su comportamiento en base a datos con los que fue entrenado (por un humano, nuevamente).
Otra evolución en esta materia, es el surgimiento de herramientas como el Chat GPT (prototipo de chatbot de inteligencia artificial que se especializa en el diálogo) y que permite obtener una respuesta, en muchos casos acertada, y en cuestión de segundos.
La reciente popularidad de esta rama se debe a la aparición de productos realmente disruptivos, atractivos y que aportan mucho valor. Hoy, a partir del concepto de NLP hay muchos productos nuevos que llaman la atención. La diferencia entre un producto que es puramente humano y otro que usa IA, es que este último va a salir más rápido a la calle y eso es lo que le otorga más valor. Se agilizan los plazos de producción, dado que las máquinas pueden aprender experiencias, adaptarse y tener conductas similares a las que tendría un ser humano, a través de la capacidad de procesamiento ilimitada.
Esta situación da paso a más y nuevos proyectos que implementen IA en varias áreas, muchas de ellas impensadas. En el sistema de salud, la tecnología está colaborando en la detección temprana de enfermedades mortales y en la mejora de diagnósticos.
Aunque todavía hay áreas relegadas como la educación. Allí IA podría intervenir en la forma de estudio y aprendizaje (el 80% de los casos memorizamos algo que luego olvidamos), para dar paso a un enfoque más práctico y enfocado en la experiencia del hacer, algo que puede aportar muchísimo a los estudiantes.
Más allá del desarrollo
En definitiva, todo avance tecnológico es el inicio y el fin de muchas cosas. Sin embargo, la aparición de la IA es algo demasiado general como para que afecte a todo o la mayoría de lo que existe hoy en día. Todavía falta un tiempo para esto.
Seguramente estamos presenciando el comienzo de un cambio muy grande en todo lo que conocemos. Pero esto no es nada raro, es algo histórico y propio de los avances tecnológicos y de nuestra evolución como especie.