La interoperabilidad en salud es un intercambio de datos comprensibles que deben estar disponibles para todos los actores relevantes del sector, más aún en medio de la pandemia del COVID-19. Actualmente, el Perú ocupa el sexto lugar en interoperabilidad en salud en América Latina, por encima de Bolivia y México, según el Libro Blanco de Interoperabilidad en Salud de Minsait, una compañía de Indra, lo que representa uno de los desafíos principales en el país.
De acuerdo con el informe, a nivel de América Latina, y en base al número de respuestas recibidas, los “países referentes” en materia de interoperabilidad en salud son Uruguay (34%), seguido de Argentina (21%), Chile (19%), Colombia (11%). Mientras que los países con menor madurez en interoperabilidad son Brasil, México, Perú y Bolivia con menos del 10%.
Ángel Hortal Reina, director de Desarrollo de Negocio en Salud, de Minsait, comenta: ‘La interoperabilidad permite a los ciudadanos tener acceso a su información de salud de forma segura, independientemente del lugar donde se encuentran o del punto donde son atendidos; a los profesionales, contar con una historia completa del paciente que facilite la atención, los planes de prevención, diagnóstico y tratamiento al margen de dónde son recogidos los datos del paciente ; y, por último, a los gestores de las organizaciones, a quienes les ayuda a tomar decisiones adecuadas a partir de la información más desagregada de los ciudadanos’.
El estudio destaca algunas iniciativas ya llevadas a cabo en países de Latinoamérica en materia de interoperabilidad. En Uruguay se cita al proyecto de “Historia clínica electrónica nacional”, en Argentina a la “Red Nacional de Salud”, en Chile “El Hospital Digital”, en Colombia el proyecto de Historia clínica electrónica unificada de Bogotá y en Perú el proyecto de “La Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (RDNFO)”.
Entre las debilidades en madurez de interoperabilidad en salud, que indicaron los expertos de Perú, se mencionaron las iniciativas enfocadas como gasto y no como inversión, las limitaciones económicas, la resistencia al cambio, la falta de estándares de terminología y la falta de capacitación profesional.
Mientras, entre las fortalezas, el informe de Minsait destacó la adaptación de la regulación, la historia de la Clínica Electrónica implementada en la Red EsSalud y CENAT, la cual aplica la telemedicina, teleconsultas y teleorientación en centros de atención a nivel nacional. También, se resaltaron las oportunidades que representan la extensión de Red Nacional de Telesalud y la infraestructura nacional de banda ancha.
Hortal Reina destaca: ‘En Perú se han hecho muchos esfuerzos significativos en el entorno regulatorio en los últimos años. El país ocupa un puesto muy importante desde el punto de vista de definición, normativa y marco jurídico en el que se mueven los proyectos de interoperabilidad. Donde nos vamos quedando atrás es en los elementos preparatorios de proyectos de este tipo donde son necesarias inversiones previas en infraestructuras habilitantes’.
Por otra parte, el estudio se centra en brindar respuestas al COVID-19 con recursos de interoperabilidad. El ejecutivo declara: ‘Hemos establecido un ecosistema digital de respuesta, ya que el intercambio de información es tan importante como el confinamiento para luchar contra la pandemia y para evitar que pandemias posteriores nos tomen como en esta crisis sanitaria’.
Finalmente, se destaca el papel clave de los sistemas interoperables como aceleradores de la e-Salud, al permitir la adopción de tecnologías, como el Big Data o la Inteligencia Artificial, que sirvan de apoyo para extraer valor de los datos y lograr sistemas de salud más sostenibles.
Datos
Para la realización del estudio se encuestó a expertos en salud digital de ocho países en América Latina. En Perú, se destacan representantes de EsSalud, Ministerio de Salud (MINSA), Instituto Nacional de Salud y de clínicas reconocidas en el país. Se puede tener acceso al Libro Blanco de Interoperabilidad en Salud a través del siguiente enlace: https://www.minsait.com/es/actualidad/insights/libro-blanco-de-interoperabilidad-en-salud.
Los participantes respondieron preguntas en torno a cuatro pilares: entorno digital, regulatorio, normativo y económico; preparación de las infraestructuras; uso de estándares y capacitación de los recursos humanos; uso y adopción de tecnologías de salud interoperables a todos los niveles e impacto en el aspecto económico y social.