La guerra en Ucrania ha obligado a más de ocho millones de refugiados a salir del país y buscar protección en otros estados europeos, según los últimos datos difundidos por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Los países de la Unión Europea acordaron el 3 de marzo del año pasado, una semana después de iniciarse la invasión, otorgar protección temporal a los refugiados que llegan desde Ucrania a través de una directiva de 2001, aprobada después de las guerras de los Balcanes. De este modo, se facilita a las personas que hayan huido de Ucrania, sea cual sea el Estado miembro donde se encuentren, un permiso de residencia, acceso al mercado laboral y a la vivienda y asistencia médica y social por un período de hasta tres años.
Según ACNUR: ‘los refugiados son personas que huyen del conflicto y la persecución. Su condición y su protección están definidas por el derecho internacional, y no deben ser expulsadas o retornadas a situaciones en las que sus vidas y sus libertades corran riesgo’.
¿Qué sucede con la identidad de los refugiados?
La realidad de los refugiados y de las familias que los reciben es incierta. Las leyes internacionales no llegan a visibilizar la vida de cada uno de ellos, que deben recorrer un país extraño, llegar a una tierra y un idioma desconocidos, muchas veces con niños pequeños, con hambre, sin recursos, sin sus pertenencias.
Las familias que reciben a los refugiados, por otro lado, están poniendo lo mejor de sí y muchas veces corren riesgos. También tienen chicos, un hogar que proteger y son parte de un continente en guerra.
Por eso, se crea Freedom ID, la primera plataforma de verificación de identidad sin fines de lucro diseñada para garantizar el tránsito seguro y el asentamiento estable de las familias desplazadas.
‘Esta iniciativa reúne al sector fintech global, que pone a disposición la tecnología para garantizar que tanto los refugiados como las personas que los reciben en sus nuevos hogares son realmente quienes dicen ser, gracias a la verificación de sus documentos de identidad y al cruce de información con bases de datos globales’, explica Sebastián Stranieri, fundador y CEO de VU, compañía global de ciberseguridad con más de 350 millones de personas protegidas en todo el mundo.
La empresa aporta su tecnología de reconocimiento y verificación de identidad a Freedom ID para que todas las agencias y personas comprometidas en la reubicación de refugiados puedan hacerlo de manera segura.
Stephen Maloney, COO de VU, señala: ‘Si bien muchos de los sitios web de agencias de alojamiento creados en respuesta a la guerra en Ucrania son iniciativas con las mejores intenciones, la falta de una verificación de identidad adecuada ha facilitado la afluencia de delincuentes que se hicieron pasar por anfitriones. Una investigación realizada por el Observer reveló recientemente que la policía ha advertido repetidamente al Ministerio del Interior del Reino Unido que los ocupantes vulnerables de los hoteles que albergan refugiados y, en particular, niños, serían el objetivo de las redes criminales’.
Cómo se usa esta tecnología
Para verificar la identidad de las personas, el usuario debe pasar por un proceso de solicitud simple respondiendo preguntas y proporcionando la documentación requerida (si está disponible) en línea.
Estas solicitudes se verifican y se aprueban automáticamente si pasan ciertos criterios de riesgo. Algunas de las verificaciones realizadas incluyen: verificación de identidad, datos biométricos, puntuación de dispositivos, verificación de direcciones y detección.
Luego, los socios involucrados en el proyecto pueden acceder a los datos de aprobación resumidos de los usuarios para verificar el estado de aprobación antes de permitir el acceso a los servicios a aquellos que los necesitan.
Los titulares de Freedom ID pueden compartir su identificación digital y código QR desde su teléfono. El destinatario de la identificación puede verificar el estado de la misma a través de un código QR o mediante un enlace en línea.
Una vez más la identidad digital se vuelve algo tan esencial como nuestra integridad física. La tecnología que habitualmente conocemos para trámites bancarios y compras por plataformas de e-commerce, en el marco de una situación límite y desesperante como lo es una guerra, se torna un factor decisivo para la vida. Una opción para dar seguridad en medio de un contexto cruel e incierto.