Por Marcio Martin, Vicepresidente para América Latina de green4T.
Los impactos negativos de la guerra en Ucrania y Covid en China llevaron a la minería a disminuir entre los principales países del sector en América Latina en 2022. Primer productor mundial de cobre, Chile registró una reducción del 5,2% en la producción de este metal, alcanzando los 5,4 millones de toneladas, según datos del gobierno chileno. Para 2023 se espera un aumento de entre el 6% y el 7%, según Sonami (Sociedad Nacional de Minería).
En Brasil, el sector tuvo una reducción del 26,3% en facturación, y la continuidad de las incertidumbres geopolíticas mantiene las mismas proyecciones de desempeño para este año, alrededor de R$ 250 mil millones, dijo recientemente Raul Jungmann, director-presidente del Instituto Brasileño de Minería (IBRAM).
Pero la perspectiva de estabilidad en los ingresos engaña a quienes imaginan que el sector está parado. Según el ranking de los diez principales riesgos y oportunidades en minería y metales de EY, la preocupación con ESG se mantiene en el primer lugar de la lista de las empresas, mientras que el control de costos y la eficiencia operacional ganaron relevancia con los recientes aumentos de precios, lo que debe llevar a las empresas a invertir más en soluciones en estos dos frentes.
En ambos casos, como señala otro estudio de BDO, 2023: Near Future of Mining, gran parte de la solución pasa por intensificar el uso de la tecnología. Future Market Insights (FMI) estima que la tasa de crecimiento anual compuesto de la inversión del sector en smart mining será del 11,1% de aquí a 2032.
En ESG, por ejemplo, el alcance de los proyectos y la demanda de transparencia están aumentando. Esto obligará a las empresas a desarrollar o adoptar nuevas soluciones para ser más sostenibles.
En ambos casos, las soluciones IoT (Internet de las Cosas) y el análisis de datos jugarán un papel clave para monitorizar el consumo, planificar acciones para reducir los impactos y construir informes con información que certifique el avance hacia los objetivos de sostenibilidad y los requerimientos públicos.
Ejemplos de uso
En las minas más modernas se han utilizado sensores inalámbricos, por ejemplo, para recoger datos en tiempo real sobre parámetros físicos y químicos del agua como el pH, la oxigenación, la conductividad eléctrica, la temperatura y la turbidez. A partir de ellos, las empresas pueden determinar con mayor precisión el tratamiento adecuado, algo que hasta hace poco era muy difícil de hacer.
Los drones también se han utilizado para recabar información que permita evaluar el estado de las cuencas hidrográficas y los bosques cercanos. A partir de imágenes aéreas, es posible contar el número de árboles de una zona determinada, cuánta biomasa están perdiendo o ganando en un periodo dado y hacer un seguimiento de las especies amenazadas. Todas estas actividades son muy caras, requieren mucho tiempo o son imposibles de realizar sin el uso de las nuevas tecnologías digitales.
La mejora de los procesos de control de costes y la búsqueda de una mayor eficiencia operativa en las minas, otras dos prioridades del sector, también requieren una mayor inversión en tecnología.
Según EY, en relación a los costes variables, una de las vías que más se tiende a utilizar para conseguir ahorros sostenibles son los gemelos digitales (digital twins). Uno de los usos más comunes de los gemelos digitales es el mantenimiento predictivo de equipos, como excavadoras, camiones y orugas. Los sensores instalados en los equipos les permiten prever averías, evitar paradas inesperadas y programar ajustes para el momento más conveniente.
Pero los gemelos digitales también pueden utilizarse en la anticipación de escenarios para la identificación de posibles cuellos de botella y la corrección temprana de rutas, garantizando así una mayor eficiencia, entre otros beneficios.
Para unos costes que probablemente seguirán siendo elevados, los enfoques más innovadores de la gestión de la variabilidad, incluida la mejora de la modelización y los gemelos digitales, pueden aportar auténticas ganancias de productividad.
Todas estas soluciones son catalizadores de inversiones en la infraestructura de TI que las soporta. El carácter remoto y crítico de la actividad minera, en particular, tiende a exigir soluciones específicas que permitan el procesamiento, análisis y almacenamiento de datos localmente, como el Edge Computing, por ejemplo. Por lo tanto, es fundamental contar con servicios gestionados de empresas especializadas y con capilaridad de servicio para mantener la operación con el mayor nivel de disponibilidad y seguridad.
Un punto importante que aporta el mismo informe de EY es la recomendación a las empresas del sector de romper silos en los procesos de transformación digital e innovación. Para ello, el documento señala que una estrategia más integrada en toda la cadena de valor aumentaría el ROI y ayudaría a las empresas mineras a abordar mejor sus retos más complejos, incluyendo ESG y productividad.
Dadas las múltiples posibilidades de uso y los beneficios resultantes, es evidente cómo la tecnología es un motor capaz de revolucionar positivamente el sector minero, aportando ganancias visibles tanto para las empresas que invierten en estas innovaciones como para el medio ambiente con la consiguiente reducción del impacto ambiental causado.