El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha estimado que en menos de 10 años, América Latina y el Caribe necesitarán más de 577.000 millones de dólares para cerrar la brecha de energía eléctrica. Según los últimos datos para Colombia, aún hay más de 400 mil familias que no tienen acceso a este recurso, es decir el 39% de la población del país.
En este propósito, y en su objetivo de ofrecer nuevas alternativas para garantizar el acceso a energía, Schneider Electric continúa desarrollando una ambiciosa estrategia de innovación. Es así como destina parte de sus recursos para la configuración de soluciones como la Mobiya y Homaya S4000. Esta última fue el reciente lanzamiento de la marca, la cual hace posible que miles de personas puedan disfrutar de un suministro permanente.
‘Desde Schneider Electric, empresa líder en automatización y gestión eficiente de la energía, hemos entendido que un punto álgido en estos proyectos es poder brindar electricidad a las zonas costeras de Colombia’ afirma Andrés Díaz, director de Power Systems para el Clúster Andino.
Durante meses un equipo de 15 investigadores trabajó en el desarrollo de la Homaya. Una solución que para su desarrollo tuvo en cuenta tres pilares fundamentales: una solución robusta y capaz de soportar condiciones extremas. La segunda, que fuera un elemento de gran calidad; y tenía que ser económica para que las familias y pequeños locales pudiesen acceder a ella.
La Homaya S4000, es una solución híbrida solar diseñada específicamente para ubicaciones que no son confiables o no tienen acceso a la electricidad. Proporciona un acceso de energía personalizable, confiable y renovable para hogares, estaciones de combustible, pequeñas oficinas, centros de salud, instituciones educativas y torres de telecomunicaciones.
‘Las familias que vivían en zonas remotas necesitaban de una solución más completa que les permitiese conectar pequeños electrodomésticos como radios y ventiladores. Esta nueva solución incluye paneles solares, varias lámparas y una power box, con un sistema de baterías en su interior, con los que pueden cargar las lámparas o directamente conectar pequeños electrodomésticos cubriendo así plenamente las necesidades básicas de una familia. Solución de la cual nos sentimos orgullosos, pues sin duda es un gran aporte para todos los países andinos’concluye Andrés Díaz.
Sin dejar de lado la Mobiya, una lámpara realizada con materiales sostenibles, que con 1 día de recarga puede iluminar hasta 48 horas. La batería garantiza su funcionamiento durante 3 años, ha sido preparada para resistir impactos de hasta un metro y medio de altura. Puede estar en el agua sumergida hasta 1 hora y, además flota, permitiendo así a las pequeñas embarcaciones salir a pescar de noche, además de contar con entrada USB para poder cargar los celulares.
Estos desarrollos serían uno de los proyectos más ambiciosos para la reducción de la pobreza y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de soluciones de fácil adaptación al entorno colombiano, más aún si se tiene en cuenta que el país supera la media mundial de radiación solar en un 60%, alcanzado 4.5 kWh/m2, lo que favorece positivamente el potencial del país en energía solar fotovoltaica.
Pese a que se han creado varias iniciativas para reducir esta brecha que se caracteriza como una de las que produce los más altos índices de pobreza especialmente en las zonas más vulnerables del país, Colombia es uno de los países con una significativa diversificación de su matriz energética.
En este contexto, la inversión y acciones privadas son fundamentales para llevar a cabo la modernización necesaria en el sector, ya que esta representó el 75% de la inversión total de la región entre 2016 y 2020, según información del BID.