Ante un nutrido auditorio de especialistas del mundo IT, incluyendo los bancos más importantes, las compañías de telecomunicaciones, agencias gubernamentales, tiendas departamentales y comercios, que operan con aplicaciones y hacen que el mundo de los negocios funcione y son un suministro fundamental para las economías, se realizó el evento de F5 en Argentina.
En este contexto, Roberto Ricossa, VP Sales de F5 LATAM, aseguró que ‘alrededor del mundo, cada 14 segundos nuestros amigos, colegas y familiares son estafados y pierden miles de pesos’. Y remarcó que, ‘para los delincuentes explotar el mundo digital representa el mejor negocio global, es el crimen que genera más dinero hoy en día, más que la falsificación, el tráfico de personas y el narcotráfico juntos. Ahora imaginen cómo puede evolucionar eso en los siguientes cinco años, con la llegada de IA, y cómo podría afectar el cambio de un rostro o un audio para identificación digital. Es el futuro de nuestro mundo digital lo que está en juego’.
Ante esta situación, ‘la IA representa una aliada importantísima, y las fuentes que alimentan a los modelos de IA, que son más de 550 petabytes de información. Hay una batalla épica en el ciberespacio para prevenir catástrofes, pero no se lucha con armas, sino con teclados. Tenemos un papel crítico en este nuevo mundo digital, donde la seguridad, la privacidad, la dignidad y la tranquilidad están en juego’, sostuvo Ricossa.
Los datos de F5 indican que hoy día casi el 90% de las organizaciones operan sus aplicaciones en diferentes entornos. Hay entre 300 y 1.000 aplicaciones distribuidas en diferentes ubicaciones, requiriendo diferentes herramientas con protocolos propios, y una complejidad abrumadora que sobrecarga los equipos de trabajo, aumenta los costos y –sobre todo- crea mucho más puntos de vulnerabilidad para los ataques, se trata de un modelo que claramente representa una pesadilla operativa, a esto le llaman’“la bola de fuego’.
Durante la jornada, Federico Aragona, director de ventas en MCA de la empresa, destacó que si bien ‘no podemos predecir la próxima gran crisis, podemos estar mejor preparados para actuar con mayor velocidad’, finalizó.