Reducción de costos de ti: la era de los servicios

Para quienes tienen pasión por la tecnología y desarrollan su carrera en el área, no es novedad que siempre aparezca algo nuevo por descubrir y surjan proyectos desafiantes en el camino.

Se estima que la inversión global en TI, para 2024, superará los 5 billones de dólares. Esta proyección prevé que se destine un 30% a servicios de comunicaciones, otro tanto de IT Services, un 20% a dispositivos, un 14% a licencias de software empresarial y el resto a sistemas de data centers. Los dos rubros mayoritarios, asociados esencialmente a la nube, exponen las tendencias de mayor acogida por parte de las organizaciones.

En un contexto de búsqueda de agilidad operativa y maximización de las utilidades, la optimización de costos es una prioridad para todas las empresas, en todas sus áreas; por lo tanto, el área de Tecnología Informática debe plegarse a ese esfuerzo. ¿Qué están haciendo las empresas más innovadoras al respecto?

TI desempeña un papel fundamental en la eficiencia y eficacia cotidiana, pero también involucra presupuestos significativos. El porcentaje dedicado a operaciones de TI para medianas empresas se encuentra, en promedio, algo más arriba del 4% del revenue, con algunos picos que se acercan al 10%, dependiendo del rubro de la organización y el tamaño de la misma; esto implica un crecimiento de un punto porcentual respecto a la situación registrada 5 años atrás. La tendencia es creciente, más allá de los vaivenes en la intensidad del crecimiento, débito a la transformación digital que coloca a la tecnología informática con un rol cada vez más importante en el esquema organizativo y la gestión de las empresas.

Capex vs Opex

Para empezar a entender cómo puede lograrse un nivel adecuado de competitividad y eficiencia con un menor gasto de TI es importante poner sobre la mesa dos tipos de costos que suelen afrontar las organizaciones:

  1. Los gastos de capital (CapEx, por las siglas en inglés), que refiere a la compra de activos y bienes de capital.
  2. Los gastos de operación (OpEx), concepto que engloba el capital utilizado para mantener y mejorar los activos de una empresa, como así también todo gasto operativo de la cotidianeidad.

Desde que empezó a consolidarse el modelo cloud y los servicios comenzaron a crecer en la preferencia de los CIOs, se fue dando una migración de las inversiones en CapEx a OpEx en una tendencia que no vislumbra techo a la vista.

Las aplicaciones empresariales están transitando un recorrido bajo el mismo paradigma. De la compra de una licencia y la descarga de todo un conjunto de piezas de software que deben instalarse en servidores potentes, con todo lo que eso implica de configuraciones, mantenimiento y actualización, se está pasando aceleradamente a las suscripciones a paquetes de servicios que contienen esas mismas aplicaciones, pero entregadas en una modalidad diferente, más flexible, en la nube, como servicio.

Una de las ventajas principales de priorizar inversiones operacionales por sobre costos de capital en el área de TI es que esta práctica habilita una mayor flexibilidad para adaptarse a los rápidos cambios en la industria (tanto en la del propio negocio como en la tecnológica). Al no tener que comprar ni mantener equipos costosos, las empresas pueden ahorrar dinero y destinarlo a otras áreas estratégicas.

Además, al optar por servicios en la nube o por demanda gestionado por especialistas, las empresas pueden escalar sus recursos, tanto físicos como humanos, según sus necesidades. Así, pueden responder más rápido a las oportunidades y desafíos del mercado y ofrecer experiencias innovadoras a sus clientes.

La especialización que se requiere para una rápida y eficaz implementación de software de negocios puede ser parte del servicio contratado, consiguiendo expertise certificado y experiencia a la velocidad que se requiera. El costo oculto de la capacitación de personal es altísimo, no sólo por la formación en sí, sino también por el lucro cesante que puede generar.

Outsourcing y paquetes de servicios también hacen al ahorro

La integración de aplicaciones es una pieza clave en la estrategia de optimización de costos en el entorno tecnológico. Una forma efectiva de abordar este proceso es mediante la externalización de servicios de TI. El ahorro derivado de esta modalidad puede variar según la cantidad de servicios y operaciones que se deseen llevar puertas afuera de la propia sede corporativa, pero es una tendencia más que vigente. Según la Organización Internacional de Estandarización (ISO), el outsourcing puede conducir, por lo menos, a una reducción de aproximadamente el 15% de los costos empresariales. 

En el contexto del creciente enfoque en la servicificación, es decir la externalización de servicios como un paquete integral ofrecido por proveedores externos, la posibilidad de personalizar estos servicios e integrarlos a piacere se vuelve esencial. Las organizaciones pueden adaptar los paquetes contratados para que se ajusten a sus necesidades específicas y consolidar la negociación que antes involucraba, quizás, más de una docena de proveedores, puede consolidarse en un único interlocutor.

Para aquellos que se enfrentan a la negociación con múltiples marcas y proveedores, ya sea para equipamiento, internet, escritorios remotos, servidores, etc., la idea de trabajar un único paquete con un proveedor integral se vuelve muy atractiva. Esto permite a los clientes adaptar los servicios a sus necesidades de manera eficiente, incluso delegando la gestión integral.

Por otro lado, algo que puede ser engorroso (además de representar un gasto significativo para la empresa) son las certificaciones y las capacitaciones internas que deben llevarse a cabo con el fin de poder administrar de la mejor manera posible todo el área de TI al nivel que exigen muchas industrias en la actualidad y grandes conglomerados empresariales con los cuales es sumamente atractivo desarrollar negocios como parte de su cadena de valor.

Por supuesto, siempre es una posibilidad optar por una modalidad híbrida en el manejo de los servicios de TI. En el ámbito del Anything as a Service (XaaS), esta opción es ampliamente manejable por el cliente, que puede elegir hasta qué punto externalizar para ahorrar costos y hasta dónde quedarse con el control de la administración de los servicios, para armar un esquema adaptado a sus necesidades, teniendo todas las posibilidades al alcance de la mano.

Como dijimos al comienzo, en la articulación con proveedores que sean aliados estratégicos en este camino, aparece una nueva perspectiva: Innovation as a Service o innovación como servicio, modalidad de consultoría que expresa el valor agregado diferencial que se puede aportar más allá del diseño, planificación e implementación de cambios operativos. Una relación superior al tradicional cliente-proveedor, un salto hacia los éxitos del futuro donde mantenerse vigente es posible gracias a la gestión en manos de expertos.

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