Por Henry Bateson, Director para el Territorio de Sur América, Motorola Solutions.
Según la última estadística del Plan Integral de Seguridad Pública, generado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a lo largo del 2021 la mayoría de los índices delictivos disminuyeron entre un 26% y 50%. No obstante, la cantidad de robos totales en 2021 en la Ciudad de Buenos Aires fue de 44.825, un dato que aún continúa siendo alto. A fin de disminuir los casos, es necesario impulsar iniciativas público – privadas que favorezcan la construcción de ciudades más seguras. Es decir, especialmente, centradas en tecnologías de punta e infraestructura que potencien a los agentes de seguridad para brindar una rápida respuesta.
Las soluciones de video seguridad representan un eslabón clave para la implementación de estrategias de seguimiento, protección y prevención. Pero, ¿Cómo sucede esto? Imaginemos la siguiente situación cuando unos delincuentes tratan de robar un supermercado, y a través de una cámara un agente de seguridad privada detecta la situación y da alerta a la policía. Al momento de hacer la llamada al 911, el personal policial recibe la información desde un un Centro de Comando Integrado, a partir del cual le es posible ampliar los detalles del incidente por medio de herramientas in situ, geolocalizar el hecho y hacer el seguimiento del delincuente y/o sospechoso.
En el caso de que el intruso se dé a la fuga, los sistemas de cámaras de la ciudad permiten, por ejemplo, realizar una búsqueda exhaustiva hasta dar con la placa del vehículo, junto con las coordenadas específicas de su ubicación. A su vez, las aplicaciones de reconocimiento facial hacen posible identificar el rostro del sospechoso, aún cuando no esté al 100% descubierto, gracias a estar ancladas a una base de datos preliminar que permite una identificación rápida a partir de ciertos parámetros de búsqueda. En definitiva, contar con toda esta información en tiempo real es fundamental para construir la ruta (virtual) que ha seguido el vehículo y/o el delincuente de manera física.
Por otra parte, las cámaras corporales y drones facilitan el registro seguro y preciso del evento para los posteriores análisis tácticos, estratégicos y administrativos. Así, desde el momento en que se hace la primera llamada hasta el cierre del caso, el uso de la tecnología permite un análisis completo de la situación bajo procedimientos estrictos que buscan agilizar el proceso. En otras palabras, estar preparado e informado es fundamental para responder de manera inteligente a los incidentes antes de que estos escalen, disminuyendo el tiempo de inactividad y poniendo al resguardo al ciudadano.
Sin dudas, el impulso hacia la ciudad del futuro introduce la necesidad de contar con un ecosistema de comunicaciones interoperable e integrado por voz, video, datos y analítica en una única plataforma. Y, para el cual las cámaras de video seguridad con inteligencia artificial se posicionan como la mejor opción por brindar una visión 360° y en tiempo real de lo que ocurre en un operativo policial. La información puede trasladarse cuándo y dónde se la necesite – desde cámaras, radios, dispositivos inteligentes y sensores, herramientas de productividad y alarmas – hasta los centros de despacho y monitoreo donde es posible abordar los desafíos mediante cuatro pilares, a saber: detectar, analizar, comunicar y responder, sin importar donde se encuentren los diversos grupos de trabajo o qué dispositivo utilizan para ello.
Las ciudades que sepan utilizar la tecnología a su favor, serán capaces de proteger mejor a sus comunidades con soluciones colaborativas, conectadas e inteligentes.