En un mundo que camina rumbo a la equidad de género y en el que miles de personas buscan una mayor igualdad, es más importante que nunca que las empresas de tecnología muestren cómo la industria puede generar un gran impacto en la sociedad, brindando espacios de trabajo más atractivos e incluyentes.
La tecnología y la innovación ofrecen oportunidades para romper paradigmas, impulsar el cambio y crear conciencia sobre la importancia que tienen las mujeres en los roles de liderazgo dentro de una empresa y cómo sus voces y perspectivas pueden llevarla al éxito. De acuerdo con un estudio hecho por la UNESCO, la falta de participación femenina puede provocar pérdidas multimillonarias en la economía mundial y, de reducirse la brecha, el PIB en regiones como Latinoamérica, aumentaría hasta en 4%.
Aunque estas estadísticas tienden a aumentar, las mujeres siguen enfrentándose a muchos retos diariamente. El informe El futuro de la tecnología: Inclusión femenina realizado por el BID Lab en conjunto con Laboratoria, Institución regional que impulsa al talento femenino latinoamericano dentro de la economía digital, muestra que aquellas empresas con más de 40% de mujeres en sus equipos, tienen 21% más probabilidades de presentar un alto rendimiento en comparación con las que tienen menos de 5%, mientras que aquellas empresas con un menor porcentaje de pluralidad de género muestran hasta 33% más resultados negativos que aquellas más diversas.
Andrea Fuenzalida, Business Developer Manager de Laboratoria, comenta: ‘Para incrementar la presencia de las mujeres en la industria tecnológica es necesario mantener una visión cada vez menos estigmatizada de los roles sociales de género, además de reforzar mensajes con el objetivo de que más jóvenes se interesen por estas profesiones mostrándoles modelos referentes positivos y dándoles la libertad de elegir un camino en el mundo tecnológico’.
Según el estudio de Laboratoria, el 25% de las mujeres señaló no contar con el apoyo necesario, tener falta de confianza, así como sentir la necesidad de «probarse a sí mismas más que los hombres para ser promovidas». Afortunadamente, la sensación de que no pertenecen a la tecnología está disminuyendo. En la última década, en América Latina y el Caribe se han implementado diversas políticas y programas dirigidos a promover e incrementar la participación de las mujeres en los campos de la ciencia y la tecnología.
Eva García Luna, Senior Solution Consultant para Latinoamérica en Zendesk, explica: ‘Las empresas pueden ser las perfectas aliadas para impulsar la equidad, pues tienen la oportunidad y responsabilidad de atender este reto con acciones que favorezcan la formación de talento, el acceso y la permanencia de las mujeres en sus equipos de tecnología y el desarrollo de liderazgos que valoren la inclusión y diversidad desde un compromiso profundo para así convertirse en agentes de cambio’.
Destacar los enfoques exitosos de estas mujeres líderes podría ofrecer un cambio potencial en la forma en que vemos los valores básicos que normalmente se atribuyen a las diferencias de género, ya que de esta manera se construyen puentes para inspirar a más mujeres jóvenes a desarrollarse en el ámbito digital.
Añade García Luna: ‘La tecnología es un gran ecualizador, no discrimina de ninguna forma. Los tiempos están cambiando y la percepción del liderazgo eficaz ha evolucionado notablemente en los últimos meses. El desarrollo de las mujeres en el lugar de trabajo no es sólo una cuestión exclusiva de las mujeres, es algo que nos concierne a todos. Unir fuerzas, nos llevará a obtener recompensas en los negocios, a contribuir a reducir la desigualdad social e incluso propiciar el desarrollo económico de América Latina’.
El momento que estamos viviendo ha demostrado lo imperante que es mantenerse al ritmo de la revolución digital, mientras más niñas y adolescentes cuenten con acceso a espacios tecnológicos, será mucho más fácil romper las brechas. Tener un enfoque con perspectiva de género, significa ir más allá de reconocer y concientizar sobre la equidad, para asegurarse de que las preocupaciones o experiencias de las mujeres y los hombres se integren por igual en el diseño de productos o servicios innovadores y que se preste la debida atención a las normas, roles y relaciones de género.