Las compañías ya no se preguntan si deben adoptar inteligencia artificial, sino cómo hacerla funcionar a gran escala. Sin embargo, entre la visión y la ejecución hay un obstáculo que atraviesa industrias: la dificultad de escalar la innovación. Así lo revela el Readiness Report 2025, un estudio global realizado por Kyndryl que expone el dilema que enfrentan hoy en día las organizaciones: obtienen resultados con la IA, pero que no logran transformaciones sostenidas.
El informe, elaborado a partir de las respuestas de 3.700 líderes de 21 países, muestra un punto de inflexión. Más de la mitad de las empresas reconoce que su infraestructura tecnológica, sus brechas de talento y cierta inercia cultural están limitando la capacidad de avanzar. Mientras el 54% declara haber alcanzado retornos positivos en proyectos de inteligencia artificial, el 62% admite que sus iniciativas siguen detenidas en la fase piloto.
‘Si bien el 90% de los líderes piensa que tiene las herramientas y los procesos para escalar la innovación en su compañía, más de la mitad está limitada por su infraestructura tecnológica, y menos de un tercio dice que sus empleados están realmente listos para la IA. Cerrar esa brecha es el desafío y la oportunidad que tenemos por delante’, afirmó Martin Schroeter, CEO global de Kyndryl.
El diagnóstico del informe atraviesa varios sectores. En tecnología y telecomunicaciones, el entusiasmo por las pruebas pilotos se enfrenta a la falta de capacidad de ejecución: demasiados testeos, pocos proyectos en producción. En retail, el ritmo de avance es más prudente, con menos casos de uso pero más enfocados. Y en industrias altamente reguladas como las finanzas o la energía, las trabas provienen de entornos normativos complejos, modelos legacy y marcos de ciberseguridad que aún no logran responder a la velocidad del cambio.
A la vez, el entorno global añade presión. Tres de cada cinco ejecutivos reconocen sentir más exigencia que el año anterior para demostrar el retorno de las inversiones en IA. Y mientras los presupuestos crecen —en promedio un 33% más que en 2024—, también lo hace la necesidad de mostrar resultados tangibles, especialmente en áreas críticas como la ciber resiliencia, donde la IA se consolida como herramienta clave para anticipar riesgos y fortalecer la defensa digital.
Detrás de los números, el Readiness Report 2025 plantea una conclusión que trasciende la tecnología: las empresas que logran avanzar son aquellas que entienden que escalar la IA requiere más que algoritmos. Demanda rediseñar procesos, modernizar sistemas, capacitar personas y alinear objetivos. No basta con innovar: es un proceso que debe ser parte de la cultura operativa.
El 87% de los líderes encuestados cree que la inteligencia artificial transformará por completo los roles laborales en los próximos 12 meses, pero solo el 29% considera que su fuerza laboral está preparada para afrontar esa transición. Esa brecha de habilidades —técnicas y humanas— se ha convertido en el nuevo campo de competencia. Las organizaciones más avanzadas, definidas en el estudio como pacesetters, comparten un rasgo común: invierten en talento y en cultura tanto como en infraestructura.
En contraste, casi la mitad de los CEO reconoce que su propia cultura empresarial ‘frena la innovación’ y que la toma de decisiones es demasiado lenta. Esa inercia organizacional, más que la tecnología o el presupuesto, parece ser hoy el mayor obstáculo para escalar.
El informe concluye que las compañías que combinan liderazgo alineado, visión cultural y estrategia de datos adaptable son las que mejor logran sostener la innovación en el tiempo. Y aunque la inteligencia artificial promete transformar industrias, el verdadero punto de inflexión parece depender de un viejo principio de gestión: la capacidad de convertir la intención en ejecución.
Más información en https://www.kyndryl.com/us/en/insights/readiness-report-2025
