En México, los apagones se han vuelto más frecuentes debido a sobrecargas en la red, fenómenos climáticos extremos y baja inversión en infraestructura, por lo que la continuidad y eficiencia energética se han vuelto factores críticos para las organizaciones en general. Los recientes casos internacionales y nacionales demuestran que un corte de energía puede ocasionar pérdidas millonarias, riesgos operativos e incluso comprometer vidas, tales como los de: Delta Airlines que canceló más de 2,000 vuelos y perdió alrededor de 150 millones de dólares tras una falla en su centro de datos en Atlanta; Samsung Semiconductores detuvo la producción de chips durante un corte de apenas 30 minutos con pérdidas millonarias; Pemex enfrentó afectaciones en refinerías y plantas en diez estados con pérdidas en la producción y riesgo de paros laborales; y en México, el Hospital General de Tijuana debió suspender cirugías cuando los quirófanos quedaron sin energía poniendo en riesgo la salud de sus pacientes y su reputación institucional.
Este panorama evidencia que la continuidad del negocio ya no puede depender únicamente de la red eléctrica nacional, ante esta situación, CyberPower, líder global en soluciones de respaldo de energía, busca impulsar la adopción de sistemas inteligentes de alimentación ininterrumpida (UPS) con monitoreo remoto y redundancia, que sean capaces de garantizar operaciones estables en entornos cada vez más digitales y exigentes.
‘Contar con una solución de monitoreo en tiempo real no solo optimiza la gestión energética, sino que permite a las empresas anticipar riesgos, garantizar continuidad operativa y tomar decisiones informadas desde cualquier lugar’, comentó Francisco Álvarez, director de Ventas de CyberPower en México.
Un portafolio integral que cubra desde oficinas y pymes hasta industrias de misión crítica y centros de datos de gran escala, UPS interactivos capaces de proteger computadoras, servidores pequeños y equipos de red contra caídas de tensión y picos de voltaje; además de UPS en línea trifásicos, con capacidades de 10 kVA a 600 kVA, diseñados para brindar autonomía extendida y energía limpia en aplicaciones críticas como hospitales, bancos, telecomunicaciones y manufactura avanzada, es lo que las empresas mexicanas deberían contemplar en pro de una transformación digital.
La redundancia y escalabilidad modular son otro de los diferenciadores con ello, las organizaciones pueden asegurar que, incluso si un módulo falla, las operaciones no se interrumpirán, además, la arquitectura modular permitirá crecer en capacidad sin reemplazar la infraestructura inicial, optimizando inversiones a largo plazo.
El monitoreo remoto se ha convertido en una herramienta esencial para la transformación digital de la gestión energética, con tarjetas de red y software especializado, lo cual permite supervisar en tiempo real parámetros como carga, autonomía y temperatura. Asimismo, dichos equipos generan bitácoras históricas, envían alertas inmediatas vía SNMP o correo electrónico y facilitan mantenimientos preventivos que prolongan la vida útil de los equipos.
Impacto en México
El impacto de estas soluciones ya es tangible en distintos sectores del país. En retail, cadenas nacionales han implementado reguladores y UPS para proteger almacenes, sistemas de iluminación y estaciones de carga de montacargas, alcanzando una capacidad estimada de 17,900 kVA. En banca y finanzas, más de 400 kVA respaldan sucursales y sistemas de seguridad en cajas y contenedores, y en el sector de conveniencia, 140 kVA instalados aseguran el funcionamiento continuo de puntos de venta automatizados.
Además de garantizar continuidad, existen equipos que promueven eficiencia energética y sostenibilidad, los modelos de CyberPower en modo ECO mejoran la eficiencia en un 15 a 20%, mientras que tecnologías patentadas como GreenPower UPS™ y certificaciones Energy Star® permiten ahorros de hasta un 98% frente a configuraciones tradicionales, esto se traduce en menores costos operativos, cumplimiento de objetivos ambientales y un retorno de inversión que, en empresas de tamaño medio, se alcanza en un plazo de 2 a 3 años.
‘Desarrollamos soluciones avanzadas que priorizan el ahorro energético y la eficiencia operativa, gracias a nuestras tecnologías, las empresas pueden alcanzar niveles de eficiencia de hasta un 93 %, reduciendo significativamente sus costos y fortaleciendo su infraestructura ante los desafíos del entorno digital’, añadió Álvarez.
Los costos de una interrupción eléctrica varían según la industria, pero en todos los casos son significativos:
- Hotelería y turismo: un apagón en temporada alta puede implicar cancelaciones masivas, daños en sistemas de reservación y pérdida de huéspedes, con impactos que superan los 5 millones de pesos por hora en complejos turísticos de gran escala.
- Manufactura: la detención de una línea de producción automotriz o electrónica puede costar más de 300,000 pesos por minuto de inactividad, además de pérdidas por inventario dañado o incumplimiento de entregas.
- Hospitales: una falla eléctrica que interrumpa cirugías o equipos críticos puede derivar en pérdidas económicas de hasta 1 millón de pesos diarios, además del costo reputacional y, sobre todo, el riesgo para la vida de los pacientes.
- Banca y finanzas: una sucursal inactiva compromete operaciones en cajeros, transferencias y sistemas de seguridad. El costo de inactividad puede escalar a decenas de millones de pesos considerando fraudes, multas regulatorias y pérdida de confianza de clientes.
México se encuentra en un momento decisivo, donde el nearshoring, la digitalización y la creciente demanda de servicios en la nube exigen entornos eléctricos confiables, el respaldo energético deja de ser un gasto y se convierte en una inversión que protege a las empresas de pérdidas millonarias, mejora su competitividad y acelera la transición hacia un futuro digital y sostenible.
