Bajo la amenaza persistente de la inteligencia artificial y el desafío de conquistar la experiencia del cliente, el CRIC Presencial Argentina 2025 reunió a más de seiscientas almas del mundo corporativo en un salón repleto de conversaciones, paneles y certezas incómodas. Fue una jornada donde las empresas buscaron respuestas en una industria que se transforma más rápido de lo que puede explicarse, y donde el rol humano intenta reconfigurarse sin desaparecer.
Inteligencia artificial bajo control y en debate
Celebrado en el Hotel Emperador de Buenos Aires, el evento congregó a ejecutivos, referentes de cámaras, tecnólogos, abogados, consultores y proveedores de soluciones, todos reunidos bajo un mismo paraguas: descubrir cómo seguir ofreciendo valor en un mercado que ya no responde a las fórmulas del pasado. Con la coordinación del comité académico liderado por Juan Pablo Tricarico, el encuentro se convirtió en un espejo donde cada empresa pudo verse reflejada, con sus propias tensiones, limitaciones y apuestas.
Desde la apertura, quedó claro que el eje temático superaba largamente lo tecnológico. Aunque la IA fue protagonista –como lo viene siendo en toda conversación de negocios–, lo humano se robó parte de la escena. La pregunta ya no es qué puede hacer la inteligencia artificial, sino qué debe hacer. Y, por sobre todo, quién la controla. Ese dilema se coló en más de un panel y se abordó de frente en un taller específico conducido por Diego Malat, de Kenwin, quien alertó sobre los riesgos de una IA sin regulación: ‘No se trata de detener la innovación, sino de establecer límites claros para que no nos devore lo que nosotros mismos creamos’.

La tensión entre automatización y empatía recorrió el evento como un hilo invisible. Los paneles sobre soluciones tecnológicas incluyeron casos concretos que mostraron cómo la IA ya está integrada a la operación de atención al cliente. Pero también hubo voces que recordaron que el cliente sigue buscando algo más que respuestas rápidas. ‘La experiencia no es sólo eficiencia, es también emoción, vínculo, presencia’, se oyó decir a varios oradores, con una convicción que parecía más urgente que romántica.
El concepto de ‘customer centric’ volvió a ser bandera, aunque con matices. Simón Tadeo, de Telecom, compartió la transformación de la compañía hacia una lógica centrada en el cliente, con decisiones más transversales y estrategias guiadas por datos. Esa línea se repitió en muchas de las presentaciones: la información ya no es un insumo más, es el núcleo sobre el cual se construyen todas las decisiones relevantes. La cuestión es cómo gestionarla sin violar la privacidad, otro eje latente que cruzó la jornada.

Uno de los momentos más comentados fue el panel protagonizado por Pablo Palazzi, abogado especializado en derecho tecnológico, que puso sobre la mesa el nuevo escenario normativo que enfrentan las empresas en la era de la inteligencia artificial. Su diagnóstico fue claro: el vacío legal no será eterno, y quienes no se preparen para una regulación más estricta quedarán expuestos. Lo dijo con palabras simples pero filosas: ‘La IA no es tierra de nadie’.
Tecnología, talento y marcas que toman posición
En paralelo, los pasillos del evento ofrecieron un microcosmos de networking intenso. Las pausas para café se convirtieron en verdaderos hubs de intercambio, donde ejecutivos de firmas como Kenwin, Destí, Verint, Skytel, Mitrol, Tecnovoz, Teleprom y muchas otras, se cruzaron con líderes de entidades bancarias, telcos y retailers que compartían experiencias, desafíos y posibles alianzas. Había entusiasmo, sí, pero también una especie de urgencia silenciosa, como si todos supieran que los cambios que se discuten ya no son futuros: son ahora.
Tecnovoz fue uno de los sponsors clave del evento, con una presencia destacada que combinó trayectoria e innovación. Ubicados estratégicamente con un stand en la sala de conferencias, los representantes de la compañía recibieron a ejecutivos de múltiples industrias, presentando soluciones de contact center adaptadas a los desafíos actuales del mercado. La propuesta de valor de Tecnovoz despertó especial interés entre los asistentes, que se acercaron a conocer nuevas herramientas de automatización, integración omnicanal y análisis en tiempo real orientadas a mejorar la experiencia del cliente en entornos de alta exigencia.

En ese marco, el evento no descuidó la mirada regional. Participaron referentes de Chile, Uruguay y México, reforzando la idea de que los desafíos son compartidos a lo largo del continente. Hubo espacios dedicados a analizar el nearshore como oportunidad concreta, así como debates sobre cómo formar talento capacitado en un contexto en el que la rotación laboral y la demanda de habilidades digitales siguen creciendo. La llamada generación T, nativa tecnológica, fue tema de reflexión tanto en términos de consumo como de inserción laboral.
Las voces femeninas también tuvieron un protagonismo destacado. Ejecutivas de empresas líderes ocuparon roles clave como oradoras, moderadoras y panelistas, consolidando un cambio de paradigma que se hace visible no sólo en los discursos sino también en la representación concreta. En varios paneles, la diversidad fue celebrada como un valor necesario para construir soluciones más empáticas y representativas.

Entre tanto panel, también hubo espacio para la creatividad aplicada. La propuesta de Destí, que invitó a sumarse a un laboratorio colaborativo para idear y medir innovación en experiencia de cliente, marcó una diferencia: menos discurso, más experimentación. Esa línea también se vio reflejada en el cierre de la jornada, con exposiciones que pusieron foco en el cruce entre marcas y tecnología, y cómo construir presencia significativa en entornos digitales saturados.
Marcelo Romeo se encargó de abrir esa discusión final, afirmando que ‘las marcas ya no pueden simplemente comunicar, tienen que actuar, comprometerse, demostrar’. Lo acompañaron presentaciones que abordaron la relación entre canales físicos y digitales, y el impacto de la tecnología en los hábitos de consumo, particularmente en generaciones que valoran más la autenticidad que la perfección.

El evento concluyó con la entrega de los premios PAMOIC, un clásico ya consolidado, que reconoce a las empresas más destacadas del sector por su innovación, desempeño y contribución al ecosistema. Pero más allá de los premios y las fotos, lo que quedó flotando en el aire fue una sensación compartida: el cambio no es opcional, y adaptarse ya no alcanza. Las empresas que liderarán el próximo capítulo serán aquellas que se animen a reinventar lo que entienden por servicio, por cliente, por tecnología… y por humano.
