Finnegans inaugura su nueva sede y consolida un modelo de empresa que integra tecnología, cultura e impacto social

Blas Briceño, CEO de Finnegans.

Finnegans presentó oficialmente Finnegans Comunidad Creativa, su nuevo edificio corporativo en el corazón de Chacarita, un espacio que combina áreas de trabajo con un ecosistema cultural, educativo y social sin precedentes en el sector tecnológico argentino. La sede, distribuida en 16 pisos y unos 3.000 m², no solo centraliza la operación de la compañía —que hoy suma más de 300 colaboradores, en su mayoría bajo modalidad híbrida— sino que también se convierte en un punto de encuentro para ONGs, artistas y proyectos de pensamiento crítico.

La empresa adquirió el predio hace ocho años y encaró una remodelación profunda durante los últimos cuatro, con una inversión total de USD 9 millones. El resultado es un edificio moderno, luminoso y diseñado con lógica de bienestar, creatividad y productividad: auditorio propio, salas de exposición, cápsula de streaming, espacios de yoga, ambientes para embarazadas, lactario, biblioteca, siestario, café interno y una terraza con huerta y restaurante con vista al Parque Los Andes.

Más allá de su infraestructura, la apuesta central de Finnegans es el modelo de uso: ocho de los 16 pisos están destinados a actividades culturales y sociales. Y a diferencia de otros espacios corporativos similares, estos no se alquilan bajo ninguna condición. Su utilización se gestiona a través de becas, colaboraciones y convocatorias abiertas, reforzando un esquema que premia la circulación de talento emergente y proyectos comunitarios antes que la lógica comercial.

Durante la inauguración, los directivos destacaron que hoy Finnegans es la única compañía tecnológica del país con un campus cultural interno de esta escala, pensado tanto para su equipo como para organizaciones externas que necesitan un espacio para producir y mostrar su trabajo.

Espacio de trabajo de las oficinas de Finnegans.

Cultura, comunidad y nuevos proyectos en marcha

La actividad artística y social ya ocupa varios pisos del edificio. Allí ensayan los grupos seleccionados en la convocatoria Nuevo Teatro, que tendrán sus estrenos en el Auditorio Finnegans en los próximos meses. También funcionan iniciativas impulsadas por ONGs como Ashoka, la Red de Bancos de Alimentos, la Universidad de San Andrés, y la redacción de Revista Anfibia, que instaló un espacio de trabajo estable dentro del edificio.

En paralelo, la Fundación Impacto Finnegans impulsa proyectos educativos y culturales que ahora cuentan con una sede física para expandirse. La empresa destinó este año USD 200.000 a programas de impacto y proyecta elevar la cifra a USD 340.000 en 2026, acordes a un plan de inversión creciente en arte, formación y desarrollo comunitario.

Auditorio Finnegans, donde los alumnos desarrollan clases de teatro.

Como parte de este enfoque, Finnegans también implementó un esquema en el que el 30% de sus ganancias operativas se distribuye entre colaboradores y proyectos de impacto social. Según remarcaron los ejecutivos, el objetivo es consolidar un modelo de negocio en el que el crecimiento económico esté acompañado por una evolución real de las personas y del entorno.

Un modelo de bienestar y creatividad para los Finnencers

Los espacios de uso interno reflejan una filosofía que se aleja del diseño tradicional de oficinas. Además de los ambientes dedicados a actividades corporativas, las jornadas conviven con exhibiciones artísticas, clases de yoga, ciclos gastronómicos, ensayos de obras y charlas abiertas. La idea, según explicaron, es promover la creatividad como parte del trabajo diario.

‘Queremos que la oficina sea un lugar donde sucedan cosas que expandan la experiencia, no que la limiten’, comentó Blas Briceño, CEO de la empresa.

Finnegans busca así consolidar una identidad en la que el arte, la reflexión y la tecnología convivan como motores para la innovación y el aprendizaje continuo.

Tecnología, crecimiento y nuevas herramientas con IA

Mientras redefine su sede, la empresa también avanza en una etapa de expansión tecnológica. Con más de 30 años de actividad, presencia en 15 países y más de 7.000 empresas usuarias, Finnegans está profundizando su inversión en inteligencia artificial y nuevos productos.

Este año asignó USD 1.5 millones en I+D, con foco en aplicaciones de IA para asegurar la sustentabilidad del negocio y potenciar la digitalización de su base de clientes. En ese marco lanzó dos soluciones clave:

Finnegans Quippos: plataforma integral de gestión del talento.

Finni: sistema propio de inteligencia artificial integrado a los distintos servicios y procesos internos.

Durante la inauguración, Briceño sintetizó la visión estratégica que atraviesa tanto el nuevo edificio como la evolución de producto: ‘no pensamos el crecimiento económico separado del crecimiento de las personas. La creatividad, el pensamiento crítico y el arte son parte de cómo entendemos hacia dónde queremos ir como organización”.

Con Finnegans Comunidad Creativa, la compañía abre una etapa donde la infraestructura no es solo un espacio de trabajo, sino una herramienta estratégica para fortalecer su cultura, ampliar su impacto y potenciar el desarrollo tecnológico. Un proyecto que combina un modelo de negocio consolidado con una apuesta diferenciadora por la comunidad, el arte y la innovación.

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