PwC: ¿Qué tan preparada están las empresas para un ciberataque?

Octubre es el mes de la ciberseguridad y la compañía muestra los principales retos que enfrentan hoy las empresas en esta materia, así como las acciones que están implementando para mantenerse actualizadas y protegidas frente a los riesgos digitales.

La ciberseguridad ha dejado de ser un asunto exclusivo de las áreas tecnológicas para convertirse en un pilar estratégico de las organizaciones. En un entorno cada vez más digitalizado, proteger la información no solo es una necesidad operativa, sino también una base de confianza ante clientes, aliados y el mercado.

La creciente complejidad del panorama digital, sumada a factores como el contexto geopolítico y la sofisticación de las amenazas, han hecho que la ciberseguridad gane especial relevancia. Tanto ha sido su impacto, que octubre fue designado como el mes internacional dedicado a este tema, convirtiéndose en una oportunidad ideal para reflexionar sobre los avances, desafíos y oportunidades que enfrentan las organizaciones en este ámbito.

En este contexto, la inversión en seguridad digital se ha consolidado como una prioridad en la agenda corporativa. Así lo evidenció la más reciente encuesta Global Digital Trust Insights 2026 de PwC, en la que el 60 % de los líderes empresariales y tecnológicos afirmó que la inversión en ciberseguridad está entre sus tres principales prioridades estratégicas, lo que evidencia un nivel creciente de conciencia frente a los riesgos digitales en medio de la incertidumbre global.

‘Hoy, las empresas colombianas enfrentan retos importantes que se resumen en mejorar la eficiencia de sus procesos y servicios, fortalecer la efectividad de sus operaciones y generar confianza digital a sus clientes y usuarios’, resaltó Carlos Rodríguez, director de Ciberseguridad y Privacidad de PwC Colombia.

Asimismo, este estudio reveló que el 78 % de los encuestados espera que su presupuesto en ciberseguridad aumente durante el próximo año, un porcentaje que no ha variado frente al año pasado. Esto sugiere que, si bien existe intención de invertir, aún hay barreras o dificultades que impiden acelerar el ritmo de preparación.

Entre los riesgos para los que las empresas siguen reportando menor preparación, se encuentran los ataques relacionados con la nube y con productos conectados, dos frentes que crecen de manera acelerada con la transformación digital.

En ese sentido, más allá de la inversión, el debate se centra cada vez más en adoptar un enfoque estratégico, en el que la ciberseguridad se oriente prioritariamente hacia la anticipación de los ataques, en lugar de limitarse a reaccionar ante ellos. Este enfoque requiere la adopción de medidas preventivas como el monitoreo constante, evaluaciones periódicas, pruebas de vulnerabilidad, formación continua del personal e implementación de controles adecuados.

Frente al tema, Rodríguez afirma: ‘Para las organizaciones, la ciberseguridad debe ser un elemento transformacional y de protección del negocio. Además de sus implicaciones tecnológicas, se ha convertido en una herramienta estratégica que les permite generar confianza entre sus usuarios y grupos de interés’.

La ciberseguridad sigue trascendiendo su dimensión técnica para convertirse en un eje transversal que influye directamente en la sostenibilidad, la innovación y la reputación empresarial. Su gestión no dependerá únicamente de soluciones tecnológicas, sino también de la capacidad organizacional para anticiparse, adaptarse e innovar frente a un entorno caracterizado por riesgos constantes.

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