Traducir es mucho más que traducir
En la era de las redes sociales, cada minuto se generan miles de terabytes de contenidos de distinta índole. Así empezamos a hablar de “Big data” o “datos masivos”. Hablamos de petabytes o zettabytes sin tener dimensión real de lo que significa en términos de cantidad de información ni de la velocidad con la que se genera.
En este contexto, las empresas que pretenden ampliar sus negocios en otros países, enfrentan el desafío de que sus marcas y mensajes corporativos tengan el mismo sentido e impacto en cualquier rincón del mundo. La solución no es solo traducir, sino localizar (darle tono local) o recrear el mensaje.
Para las traducciones al español latinoamericano, Argentina tiene los recursos más calificados de toda la región, con foco principal en los “polos industriales” que se formaron principalmente en Córdoba y Rosario, y últimamente en Buenos Aires.
Argentina es el principal “exportador” de servicios profesionales de traducción al español. Es el tercer país con mayor cantidad de miembros de la Globalization And Localization Association (GALA), principal asociación mundial de agencias de traducción. Estas compañías utilizan las herramientas y el software necesarios e incorporaron procesos eficientes. Son proveedoras de clientes de todo el globo. Conformaron una asociación local (Translated in Argentina) modelo de colaboración estratégica entre competidores. Son confiables, sólidas y profesionalmente reconocidas.
La paradoja es que –como la otra cara de la moneda- en la región muchas empresas dejan la traducción de sus contenidos en manos de recursos no especializados o poco calificados (parientes o amigos que “hablan bien inglés”, o en el mejor de los casos estudiantes o traductores recién recibidos). Un porcentaje mínimo de traductores profesionales conoce y maneja las herramientas y las tendencias modernas.
¿Por qué las más importantes empresas del mundo invierten miles y miles de dólares en la localización de sus contenidos a través de agencias especializadas de traducción? La respuesta es simple: sea en el idioma que sea, la comunicación, el valor de marca y los mensajes deben ser tratados profesionalmente. Por eso, es hora de pensar en la traducción como una inversión y no como un gasto.