ADASS: la astroinformática impulsa el desarrollo chileno
En el marco de la 27ª Conferencia Internacional Astronomical Data Analysis Software & Systems (ADASS) 2017, a realizarse entre el 22 y 26 de octubre, Chile se presenta como protagonista de la era de la ciencia de datos masivos y apunta a una mayor innovación tanto en el sector público como privado.
Jorge Ibsen, director del Departamento de Computación de ALMA y co-chair del evento, afirma: ‘La abundancia de instalaciones astronómicas en nuestro país ha acelerado el desarrollo de la red nacional para la investigación y educación, facilitando el transporte de datos científicos en nuestro país. Chile reune condiciones ventajosas para seguir avanzando, con la oportunidad de tomar una posición de liderazgo en estas materias’.
El directivo propone un parque tecnológico en la Patagonia que aloje, entre otras cosas, centros de datos que almacenen tanto datos científicos como públicos, y que habiliten paralelamente industrias basadas en datos en Chile.
‘Un centro de almacenamiento y procesamiento para datos masivos podría ubicarse de forma sustentable en la Patagonia, situando los ojos de la humanidad en nuestros cielos del norte, y su cerebro en el sur’, señala.
Mauricio Solar, director del Observatorio Virtual Chileno (ChiVO) y también co-chair de ADASS, sostiene: ‘Ya contamos con un Datacenter con una capacidad de 1 Petabyte de almacenamiento, espacio suficiente para almacenar los datos de ALMA hasta el 2020, y estamos desarrollando servicios astroinformáticos para los próximos cinco años, lo que ciertamente contribuye tanto a la astronomía como a generar competencias que son también fundamentales para otras industrias con necesidad de administración y procesamiento de Big Data’.
De acuerdo a la Sociedad Chilena de Astronomía, en la última década el país pasó de tener 20 a 200 astrónomos. Complementariamente a esto, el número de especialistas en ingenierías afines como la computación, ingeniería, matemática y física también ha crecido. Asimismo, se puede estimar que, por cada astrónomo, se necesitan alrededor de 10 a 20 especialistas en tecnologías e ingenierías afines para desarrollar instrumentos, sistemas y algoritmos que faciliten y apoyen esta actividad científica.
