Colombia hacia 5G
Si todos los planes del gobierno nacional se ejecutan como han sido proyectados, el 2025 será el año en que Colombia podrá comenzar la implementación de las redes 5G, pero esto depende de muchos factores, incluyendo la correcta ejecución de la reciente asignación de espectros, que obliga a los operadores favorecidos (Claro, Tigo y Partners) a subir sus redes de 2 y 3G a 4G para beneficiar a más de 3.600 localidades rurales de 32 departamentos del país que aún viven en el atraso tecnológico.
Jhon Richard Martin, jefe de cableado de Furukawa Electrics para la región andina, afirma: ‘este evento académico de especialistas servirá para estudiar el caso colombiano pues aquí no sólo se trata de disponer de los equipos, sino de regulaciones, infraestructura y de una real adecuación del ecosistema digital que permita aprovechar y hacer viable su masificación’.
‘El 5G requerirá, en términos generales, una gran cantidad de espectro nuevo para servicios móviles en diferentes bandas de frecuencia: las inferiores a 1GHz estarán destinadas a extender la cobertura móvil de alta velocidad en zonas urbanas, suburbanas y rurales en donde el driver será IoT; las bandas entre 1 y 6 GHz se usarán para los primeros servicios comerciales, y las frecuencias por encima de 6 Ghz para soportar las ultra altas velocidades de banda ancha’.
Este espectro tendrá que estar disponible antes de la gran implementación pues sectores como los de transporte, seguridad, energía y entretenimiento estarán dentro de los primeros llamados a usar las capacidades y los beneficios del 5G y estos se caracterizan por plantear desafíos importantes en cuanto a las capacidades y las velocidades de las redes.
En este sentido hay dos retos muy importantes a nivel regulatorio: el primero tiene que ver con la gestión del espectro en donde se debe garantizar un marco jurídico adecuado que facilite e incentive la inversión en tecnologías 5G. La normatividad deberá tener la flexibilidad que permita su actualización, conforme a las tendencias, necesidades de los usuarios y nuevos avances tecnológicos.
El otro reto importante es la armonización entre las necesidades de infraestructura, como en el caso de la seguridad ciudadana, el manejo de tráfico vehicular o las alarmas de contaminación ambiental, entre muchas otras aplicaciones, y las regulaciones ambientales sobre contaminación visual y radioeléctrica, producto de la densificación de la infraestructura que es necesaria para el despliegue de las redes 5G.
Pensando en estos desafíos, ya la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) prevé realizar un diagnóstico de la regulación necesaria para su despliegue, y adelantó una revisión al marco vigente en donde identifica estos tres criterios para revisar: obstáculos para modernizar las redes móviles, la afectación a la protección de derechos de los usuarios de telecomunicaciones y el impacto en el crecimiento de los servicios IoT y M2M.
El otro gran reto a futuro para las redes 5G en Colombia será el avance de la industria conectada porque si bien las fábricas en el país se están empezando a integrar al IoT, la competitividad de los mercados terminará obligándolas a maximizar su productividad por medio de la automatización de sus plantas, y el IoT y las redes IP son las plataformas obligadas para lograrlo.
Jhon Richard Martin, señala: ‘Colombia no puede demorarse más de los 5 años presupuestados para implementar el 5G porque estamos ante un inminente cambio global generado por la cuarta revolución industrial, y me atrevería a decir que incluso a un cambio de modelo económico, la economía colaborativa, en donde las redes 5G son de vital importancia. El 5G en Colombia permitirá explotar en toda su dimensión las grandes tendencias de mercado como el IoE, el Big Data, la IA. Las posibilidades son enormes y la industria en general se debe seguir preparando para asumir un mundo en términos del 5G’.
