Inteligencia Artificial, el camino para generar ciudadanías digitales en Argentina
La Inteligencia Artificial se ha convertido en un tema prioritario para los especialistas en tecnología. Cada vez más empresas, consultores y funcionarios públicos hablan al respecto. Y la pandemia de coronavirus vino a acelerar un proceso que estaba tomando forma. Cada vez más ejecutivos y dirigentes aseguran invertir o estar considerando una inversión en la materia para el corto plazo, ya sea para transformarse digitalmente, para optimizar negocios o para automatizar y facilitar procesos.
Ahora bien, ¿cuán real es ese avance en Argentina? ¿En qué etapa de desarrollo está el país comparado con la región? La realidad indica que, a pesar de las necesidades actuales, el país atraviesa una fase incipiente, aún lejos del imaginario popular en el que los robots hacen tareas tradicionalmente realizadas por humanos, pero con un potencial de inversión y de conocimientos gratamente exponencial.
A principios de año, se celebró la Primera Cumbre Latinoamericana de Inteligencia Artificial, llevada a cabo en el MIT en Boston, con más de 70 expositores, 250 asistentes de 25 países de la región y la participación especial de argentinos expertos en la materia: desde investigadores y profesores hasta emprendedores y ejecutivos de empresas tecnológicas. El objetivo de la cumbre había sido analizar las posibilidades de desarrollo e implementación de programas y políticas públicas que fomenten los proyectos de IA en América Latina.
Luego de las charlas, exposiciones, debates y paneles, se concluyó que la región tiene un largo camino que recorrer y se elaboró un documento que asistirá a empresas, gobiernos y ONG’s de la región. Esas conclusiones tomar un valor especial, a la luz de las deficiencias tecnológicas que puso de manifiesto la pandemia en toda la región.
José Luis Leturia, director regional para el Sector Público de Red Hat manifestó: ‘Actualmente, la mayoría de los funcionarios quieren seguir el modelo Estonia. Más allá que Argentina y la región aún están lejos de eso, se pueden lograr grandes avances implementando programas de IA que facilitarían mucho la calidad de vida de sus ciudadanos y que permitiría a muchas empresas y organismos continuar con sus operaciones aún en este contexto’.
Para Leturia, la Inteligencia Artificial es la tecnología del momento y la región recién está dando sus primeros pasos, con un gran potencial de trabajo en el sector público.
Estonia, uno de los tres países bálticos que logró su independencia con la caída de la Unión Soviética, es considerado un e-Estado. Es el primer país 100% digital y un modelo a seguir en materia de innovación. Allí, el 99% de los trámites se realizan en forma online, ¾ de su PBI proviene del sector servicios (especialmente el vinculado con tecnología), toda la población tiene acceso a Internet, se puede crear una empresa en horas, se enseña programación en todos los colegios y existe una política de estado para atraer talento y capital extranjeros mediante la “residencia digital”. Todos esos elementos favorecen el desarrollo a largo plazo y mitigan el impacto de las medidas de contención de la pandemia.
Lamentablemente, Argentina aún está muy lejos de ese ideal. Sin embargo, en el país se han realizado y se están desarrollando proyectos de IA que permiten agilizar trámites y brindar un mejor servicio en los organismos públicos. De hecho, en toda América Latina el camino hacia un Estado más transparente, menos burocrático, más ágil y servicial para el ciudadano ya ha comenzado. Apostar por la Inteligencia Artificial es una inversión con retorno rápido, en términos de mejora en los servicios y ahorro de costos. Pero los grandes cambios llevan tiempo’, indica Leturia.
En la región, si bien las empresas del sector bancario y de telecomunicaciones llevan la delantera en materia de inversión, los organismos del Estado también empezaron a apostar por la Inteligencia Artificial. Y los ciudadanos no tardan en notar esos beneficios. Por ejemplo, la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina desarrolló una plataforma donde se consolida toda la información que recibe minuto a minuto, proveniente de los distintos puestos de control migratorios nacionales e internacionales con el objetivo de reducir a la mitad el tiempo que demoran los trámites de acceso y egreso del país.
En Chile, la Inteligencia Artificial permite que los trámites para escriturar una propiedad con el Conservador de Bienes Raíces, que antiguamente demoraba 4 semanas, se estime en reducir a menos de un día en el futuro, mientras que en Argentina el mismo trámite puede durar entre 8 y 12 meses. El Conservador de Bienes Raíces, que funciona como el Registro de Propiedad de Inmuebles y tiene un sistema que cumple el rol de Catastro en Argentina, está avanzando hacia la creación de un sistema de registro digital, basado en Blockchain y con Smart Documents digitales que reemplazarán a las escrituras tradicionales, reduciendo tiempos y procesos.
‘Tanto el proyecto de Dirección Nacional de Migraciones de Argentina como el del Conservador de Bienes Raíces de Santiago son un ejemplo de que la Inteligencia Artificial permite mejorar la experiencia de los ciudadanos cuando interactúan con el Estado’, afirma el ejecutivo de Red Hat, quien enfatiza la necesidad en dar los primeros pasos en la digitalización pública y reaseguro de los documentos públicos.
Según el especialista, en Argentina es posible desarrollar un proyecto de digitalización inteligente, que aseguraría la interoperabilidad de documentos dentro y entre distintas instituciones públicas, facilitaría la búsqueda de información en lenguaje natural (como en los buscadores de Internet), y generaría un sistema con algoritmos de autoconservación que evite la pérdida de datos en caso de un apagón informático.
La conclusión, en estos casos, es que sin caer en ideas demasiado futuristas, la IA es una de las mejores herramientas que ofrece la tecnología no solo para que los gobiernos de América Latina mejoren los servicios que ofrecen a sus ciudadanos, sino también para que mantengan operativas dependencias públicas en contextos como el actual.