El potencial de una nueva conectividad para crear la Inteligencia Artificial del futuro
Inteligencias artificiales crean un idioma que no podemos entender. Este fue uno de los tantos titulares que en 2017 llamó la atención por su alarmante particularidad. Dos inteligencias artificiales dedicadas a la negociación automática, diseñadas por Facebook, interactuaron hasta el punto de crear un lenguaje que en principio parecía ininteligible para los humanos, pero que de hecho llegaba a conclusiones. ¿Qué dijeron? De seguro nada que amerite preocuparse. Sin embargo, ambas fueron desconectadas.
Pero ¿acaso siempre podremos desconectarlas?
Probablemente no, de hecho, en el caso de enfrentarnos a una situación de este tipo, sería recomendable preguntarnos cómo podemos aunar esta inteligencia artificial, con la esencia de lo que nos hace humanos, para así obtener lo mejor de ambos en beneficio de la humanidad.
Estamos próximos a experimentar un salto cualitativo en lo que respecta a las tecnologías que utilizamos para realizar nuestras conexiones digitales. Lo que está comenzando a ser una realidad, fijará una nueva frontera en lo que respecta a velocidad, robustez y multiplicidad.
La primera tecnología que está marcando un hito en lo que respecta a conectividad es el 5G. Al permitir una disminución en la latencia desde los 100 milisegundos del 4G a menos de 5 milisegundos con el 5G, los procesos y aplicaciones que se desarrollan en tiempo real, efectivamente lo son. Esto se suma a una mayor velocidad de transferencia de datos, 10 veces más rápida que en el 4G, y a una capacidad 100 veces mayor para conectar dispositivos en comparación con las actuales redes.
En complemento con el 5G, las clásicas redes WiFi experimentarán su propia revolución gracias al nuevo estándar WiFi 6.
Aunque la velocidad de descarga debería incrementarse al menos tres veces, el principal avance de WiFi 6 será su mayor capacidad para proporcionar una conexión eficiente y sostenida a un número muy superior de dispositivos en forma simultánea, lo que permitiría satisfacer las nuevas y más complejas exigencias en IoT y automatización de entornos domésticos y corporativos.
Junto a ambas tecnologías, el uso de fibra óptica en la infraestructura de telecomunicaciones desde el Carrier hasta el mismo hogar de los usuarios permitirá acceder en la práctica a todo el potencial disponible del 5G y el WiFi 6.
Ahora bien, en el momento que ambas alcancen un nivel de sincronía operacional capaz de generar sinergias aplicables en la industria de las telecomunicaciones, tecnologías como el Edge Computing, el Internet de las Cosas (IoT), la Nube Distribuida y la Hiper Automatización, que hoy son tendencias emergentes, mostrarán avances en su maduración, incluso experimentando saltos cualitativos que impactarán directamente en soluciones disruptivas como Blockchain, Machine Learning y la Inteligencia Artificial, cambiando desde la base los paradigmas establecidos con los que hoy damos sentido a nuestra relación como seres humanos con la tecnología.
Ahora bien, si en ausencia de estos avances, en 2017 dos IA fueron capaces de interactuar de una forma no esperada, generando algo similar al raciocinio y al libre albedrío, es de esperar que este tipo de interacciones de genuina Inteligencia Artificial maduren en complejidad y profundidad en el corto plazo, lo que permitirá al ser humano contar con un número ilimitado de nuevas posibilidades para su beneficio, y el de la humanidad en su conjunto.
En ese punto, la complementariedad entre la inteligencia humana y la artificial permitiría, sino resolver, al menos aumentar drásticamente las probabilidades de lograr soluciones a problemas económicos, medioambientales y sociales que hasta el momento, la capacidad intelectual biológica no ha podido por sí sola.