Mujeres y privacidad online: ¿cómo y por qué debemos resguardarla?
Las complejidades que enfrentan las mujeres día a día en el ámbito personal, social y laboral por el solo hecho de ser mujer son de conocimiento público. Nadie puede negar que para nosotras existen restricciones y riesgos de distintos tipos, los cuales -afortunadamente en el último tiempo y a nivel legislativo, empresarial y como sociedad latinoamericana- se han buscado identificar y derribar mediante la concientización y promoción de nuestros derechos como individuos. Uno de ellos es el de la privacidad e intimidad, no solo en la vida real, sino también en el plano virtual.
Recientemente se dio a conocer en Chile el denigrante caso de un portal web que operaba hace al menos dos años y donde anónimos compartían imágenes íntimas e información personal de mujeres jóvenes -entre 16 y 24 años- con el fin de extorsionarlas. Entre los más de 10 mil inscritos en el portal existían, incluso, usuarios que hacían llamados explícitos a planificar secuestros, amedrentamientos y hasta violaciones. El caso ha corroborado que la información personal de mujeres de nuestro entorno, tales como fotos y videos de desnudos o conversaciones privadas de connotación sexual, puedan ser viralizadas fácilmente y que esto es un problema real que atenta contra la dignidad femenina.
En una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que celebramos este 8 de marzo, las invito a evitar riesgos innecesarios y reforzar la privacidad online. Según un estudio regional desarrollado por Kaspersky Lab y la consultora chilena de estudios de mercado CORPA, en promedio, el 27% de las latinoamericanas se ha tomado fotografías o grabado en alguna situación íntima con su dispositivo móvil, y el 30% de las propias encuestadas ha publicado o enviado material de este tipo a su pareja o amigos.
Se engaña quien piensa que esos videos o fotos íntimas no pueden ser viralizadas: el 4% de las consultadas en el estudio admite que un tercero ha difundido fotos íntimas suyas. Seamos claros: no hay nada malo en compartir intimidades con personas de confianza. El problema ocurre cuando esas personas divulgan información sin la aprobación de su dueño, ya sea por broma o por venganza. Por ello, te doy un consejo antes de decidir pasar por esa experiencia: comparte material personal solo si tú quieres y no de manera obligada. Evalúa los riesgos y -luego- continúa o desiste.
También necesitamos hacer una autocrítica: el 23% de las encuestadas se ha arrepentido de difundir imágenes vergonzosas propias o de otra persona en fiestas o situaciones sociales, y el 18% lo ha hecho tras publicar comentarios negativos hacia otros usuarios referentes a personalidad, raza o sexo. Ante esto, si no estás segura que lo que compartirás con otras personas no generará consecuencias negativas, te sugiero simplemente no hacerlo. Reflexiona antes de escribir una opinión o de viralizar una imagen que podría afectar a otro. Ten en cuenta que la difusión de videos o fotos íntimas sin consentimiento es un delito en varios países.
Otro comportamiento sobre el que es necesario reflexionar es la entrega de contraseñas. De acuerdo al sondeo, el 43% de las mujeres latinoamericanas ha compartido la clave de acceso a sus dispositivos móviles y el 10% asegura que la persona con quien comparte su contraseña revisa su celular sin su consentimiento. Por ello, sé cautelosa y no facilites tus claves a nadie.
En síntesis, para resguardarnos de posibles filtraciones de nuestros datos personales, es vital educarnos sobre los riesgos que implica exponer abiertamente nuestra vida digital y alejarnos de ellos, algo similar a lo que pasa cuando evadimos ciertos caminos de noche por miedo a que nos asalten, o cuando evitamos ingerir alcohol si vamos a conducir. Cuidar la privacidad online es hoy algo crucial.
Finalmente, te insto a reportar cualquier tipo de abuso que sufras tanto en tu vida diaria como en Internet. En la actualidad, existen discusiones sobre cómo endurecer las leyes para sancionar ciberdelitos, y la denuncia es la mejor arma para acelerar la aprobación de normativas que nos mantengan protegidas y garanticen nuestra seguridad.