Las cámaras de video y el desempeño de la seguridad
Es innegable pensar que una ciudad, en cualquiera de sus diferentes entornos, cumpla con la función de fomentar espacios más seguros sin contar con un proyecto de seguridad que englobe el uso de la videovigilancia y equipos policiacos, por mencionar sólo algunos.
En pleno 2021, el derecho a la seguridad es uno de los pilares que garantizan el buen funcionamiento de una sociedad, es por ello que satisfacerlo se ha convertido en un punto de convergencia entre autoridades y empresas, quienes día a día suman sus esfuerzos en proporcionar las herramientas necesarias para lograr entornos más confiables para todos.
América Latina está experimentando un incremento poblacional a doble dígito, pues se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 7.700 millones a los 9.700 millones en 2050. Esto se debe en cierta medida a los avances tecnológicos y a las mejores infraestructuras en las ciudades.
Sin embargo, Sergio Zaleta, Key Account Manager en Axis Communications, y experto en soluciones de videovigilancia para proyectos de Ciudades Inteligentes, afirma: ‘El constante crecimiento poblacional trae consigo potenciales riesgos, por ello, la seguridad y la protección ocupan un lugar destacado en la agenda de los ciudadanos y autoridades en relación con la percepción de la habitabilidad y el atractivo de una ciudad’.
Las ciudades están buscando la resiliencia y para ello, el uso de datos para analizar, priorizar, tomar decisiones y utilizar los recursos de la manera más eficiente posible está siendo parte de los nuevos paradigmas de seguridad. Sin embargo, las tendencias y prioridades a largo plazo pueden cambiar en función de situaciones y eventos impredecibles.
El experto en videovigilancia, asegura que un desastre natural, por ejemplo, puede cambiar la forma en que los ciudadanos actúan y se comportan, y este es el momento donde la videovigilancia se pone a prueba realmente, ya que las autoridades confían en herramientas que son flexibles y adaptables para manejar las situaciones presentes y futuras.
Una instalación de video de red, por ejemplo, es útil principalmente para mejorar la seguridad pública, pero también puede ser una herramienta para recopilar datos y estadísticas en la gestión del tránsito y el monitoreo ambiental.
Otro ejemplo, es que, durante la pandemia, los sistemas de vigilancia, como los de Axis, se han adaptado con una reconfiguración, para monitorear el distanciamiento social, y se han utilizado bocinas integradas para comunicar orientación e información sobre nuevas regulaciones y protocolos de sanidad, tanto en exteriores como interiores.
Esto ha hecho más sencilla y eficiente la labor de los equipos de seguridad que deben estar atentos a que las normas sean respetadas, ya que reducen los tiempos de respuesta ante situaciones y se optimiza la detección de riesgos, evitando falsas alarmas.
‘Reducir la delincuencia en todas sus formas, desde el vandalismo, hasta el robo y la violencia física, es obviamente un objetivo central para cualquier gobierno o autoridad. La videovigilancia en general juega un papel clave tanto en la disuasión del crimen como en la ayuda de las investigaciones, y el uso cada vez mayor de cámaras corporales por parte de las fuerzas del orden, mejoran aún más las posibilidades de la fuerza policiaca’, indica Zaleta.
Las cámaras corporales han marcado un precedente en materia de seguridad, diversos países a lo largo de Latinoamérica las han integrado a las estrategias ciudadanas ya que logran cumplir con funciones específicas que han sido de utilidad para dar respuesta a demandas puntuales.
Por ejemplo, en caso de iniciarse una investigación, la información que recaban es tan veraz que es de utilidad para presentarse como referente forense. Estas soluciones también influyen en el comportamiento de quien las lleva y del público. La conciencia de estar siendo grabado hace que las personas sientan la presencia de un «testigo» de sus acciones. De esta forma, los ciudadanos son menos propensos a los comportamientos inadecuados y los responsables del cumplimiento de la ley se ven en la obligación de respetar los reglamentos.
‘Las cámaras corporales permiten también que quienes las llevan y el público se sientan más seguros y brindan un doble beneficio. Por un lado, los responsables del cumplimiento de la ley afrontan su labor con mayor responsabilidad y por el otro, los ciudadanos se sienten más seguros; por lo que ambos son menos propensos a realizar acciones indebidas’, señaló Zaleta.
‘De las muchas soluciones implementadas en las urbes, el audio y video en red juegan un papel clave, actuando como ojos y oídos de las autoridades en todos los aspectos de la vida urbana’, finalizó el experto.