Opinión

Me interesa la nube… ¿Qué pasa con todo lo que ya pagué en licencias?

 Muchas empresas se encuentran ante las oportunidades que ofrece el modelo de cloud computing. Pero temen verse obligadas a descartar las soluciones existentes. Cómo es posible combinar ambos mundo y obtener lo mejor de cada uno de ellos.

 
Quienes están a cargo de decidir las compras de soluciones de IT en las empresas se ven, muchas veces ante una disyuntiva: ¿Cómo justificar el pasaje hacia la nube, luego de haber invertido, tal vez no mucho tiempo atrás, grandes sumas de dinero en soluciones de instalación física? Ese razonamiento, no obstante, tiene un fuerte componente de falacia: adquirir una herramienta de negocios que esté alojada en la nube no implica “tirar a la basura” de manera inmediata toda la infraestructura existente.
 
Por  lo pronto, la norma parece ser la combinación entre soluciones on-premise y herramientas en la nube, en lo que se conoce como ambientes híbridos. Así, una empresa que tiene desde hace años un ERP estable, probado y con la funcionalidad adecuada a sus necesidades, no tiene por qué descartarlo: puede aprovechar todo ese conocimiento y esa robustez y al mismo tiempo, con bajos costos, poco riesgo y casi de inmediato, sumarle funcionalidades específicas a partir de apps disponibles en la nube. Este es apenas un camino de los muchos que se pueden emprender.
 
Dos casos concretos que se están dando con frecuencia en estos tiempos. Por un lado, empresas que aprovechan la red de negocios Ariba para extender las capacidades de automatización de procesos que ya aportan las soluciones SAP ECC y SAP SRM. Por otro, un número creciente de organizaciones aprovechan la experiencia en soluciones de capital humano de SuccessFactors y elige sus soluciones cloud para ampliar las capacidades de SAP HCM. También es común que clientes de las soluciones de gestión de relación con los clientes de SAP puedan agregar funcionalidad con SAP Cloud for Sales.
 
En este sentido, SAP desarrolló la tecnología de integración SAP HANA Cloud. Básicamente, permite que todas las aplicaciones en la nube compartan una plataforma y un modelo de datos en común, pero también habilita la integración estándar con todas las aplicaciones SAP existentes. La empresa también lanzó los iFlows, un conjunto de más de 500 integradores que manejan la transferencia de datos y mapean procesos de negocios entre ambos mundos. Como el desarrollo de iFlows fue abierto al ecosistema de socios, cada mes aparecen docenas de nuevas alternativas de integración que cubren todos los escenarios posibles. Y ese número irá creciendo a medida que más jugadores desarrollen sus propuestas.
 
Así, este portafolio de conectores hace que sea sencillo expandir el panorama de aplicaciones de instalación física hacia la nube, comenzar una estrategia directamente en la nube (en el caso de los startups, por ejemplo) o crear nuevos procesos de negocios  que abarquen aplicaciones de terceros o servicios de información. La idea es que no queden procesos de negocios como silos ni múltiples versiones de la verdad, sino que todo el panorama de negocios esté representado a nivel de IT como un todo.
 
Por lo tanto, la nube no contradice lo hecho hasta el momento en materia de IT. Todo lo contrario: las apalanca, permite incluso obtener un mayor valor de lo ya invertido.

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